jueves, 28 de noviembre de 2013

TTour 2013: Inglaterra & Escocia

 
Primera rotonda. Al loro. Es el consejo que me habían dado todos los amiguetes que ya habían estado por aquí, tener especial cuidado y acordarse de mirar a la derecha en las rotondas. OK. Pasados unos kilómetros te acostumbras a conducir al revés, no es para tanto. Supongo que en coche debe ser más raro por eso de estar con el volante a la izquierda, o por lo de cambiar de marchas con la zurda si pillas un coche de alquiler. En moto te haces rápido a ello. El GPS también te lo recuerda, además de chivarte todo. Es cojonudo, cualquiera que me siguiese creería que conocía la zona. Le empecé a coger el gustillo. Pero eso sí, reconozco que si sólo te fijas en él sin tener claras las carreteras por las que tienes que ir, te vuelves un poco gilipollas… no te quedas con la copla de por dónde pasas. Lo suyo es combinarlo con un mapa de los de toda la vida.
 

lunes, 25 de noviembre de 2013

TTour 2013: comenzando a soñar


 
Uno se siente raro cuando está a punto de cumplir un viejo sueño. En mi caso hacía unos veinticinco años que anhelaba ver un Tourist Trophy en vivo. Desde que estaba en el instituto y leía las crónicas de las carreras, que eran parcas en contenido, pero suficientes para que me impresionase esa competición en esa extraña isla. Ya era hora. Esta vida es corta y pasa rápido. Joder si pasa rápido. Cuando tenía tiempo no tenía dinero, y cuando tenía dinero no tenía tiempo. Y así un año, y otro, y otro… y llegó noviembre del año pasado, un mes después de haber estado más de dos semanas milleando por el norte, con el culo aún dolorido por esa tabla que llevo por asiento. Entonces por fin me planteo el viaje en serio. Entro en la web de Steam Packet, los ferrys que operan en Isla de Man, pensando que todavía no estarían a la venta los billetes (iluso de mí), y veo que ya estaban agotados para las fechas que había planeado. La indecisión se apoderó de mí, pero entonces mi dedo índice tomó la iniciativa sobre el ratón. Clic, clic, clic, clic,… No tardé ni cinco minutos en reservar mis billetes. No debía pensarlo, no podía dejarlo para otro año. Era hora de ir a La Isla.