miércoles, 11 de abril de 2012

La mirada del tigre


La mirada del tigre es salvaje, altiva y poderosa. Esa mítica mirada, que tantos cineastas y deportistas intentan imitar en vano, es pura ferocidad. Hasta ahora. De un tiempo a esta parte se ha tornado triste, decepcionada, confusa. Esos ojos se han cruzado con los de otra criatura no más feroz, pero sí más cruel. Esta misteriosa criatura que camina sobre dos patas parece no apreciar la magnificencia de uno de los animales más bellos que pueblan la Tierra. Y este formidable felino que es el tigre, se siente turbado e inquieto cuando vislumbra la avaricia y la irresponsabilidad en la mirada de esa criatura que es el hombre.

Normalmente cuando somos niños todos tenemos animales favoritos. No valen los Angry Birds o similares, deben ser reales. Mi lista era y sigue siendo muy larga: delfín, oso polar, pigargo, orca, perro, lince, caballo, onza, lobo,… Me encantan los animales, podría seguir unas cuantas líneas pero no es plan de aburriros. Entre todos ellos destacan los tiburones y los tigres, siempre me han alucinado. Pero ese buen ojo que tuve para distinguir a dos de las especies más fascinantes del reino animal, parece que no lo comparten muchos humanos, esos que se empeñan en unirlos en un destino común, la extinción.


Al igual que los tiburones están amenazados por la sobrepesca y el finning, los tigres se enfrentan al ultimátum impuesto por los furtivos. Y una vez más es China la responsable, su mezquina voracidad es infinita. Además de por la piel, al tigre lo cazan por los huesos y otras partes del cuerpo para la fabricación de medicinas tradicionales. Hace años incluso se podía ver descuartizar a un tigre en algunos mercados clandestinos. Cuando los chinos completen su invasión silenciosa, cuando exterminen a todos los animales, espero no estar cerca de un todo a un euro. Miedo.

Asimismo la pérdida de su hábitat es otro de los motivos del alarmante descenso de su población. Se calcula que hoy en día ocupa tan sólo un 7% de su territorio original. En estado salvaje deben quedar unos 3.200 ejemplares, a los que hay que sumar unos 20.000 en cautividad, la mitad de ellos en China y Estados Unidos. Resulta desolador saber que hace 100 años moraban a sus anchas en Asia unos 100.000 tigres.


El tigre es el mayor de los grandes felinos. Sus dientes pueden triturar cualquier hueso y sus garras retráctiles llegan a medir hasta diez centímetros. Sus patas fuertes y cortas no están hechas para la velocidad, aunque puntualmente puede alcanzar los 55 km/h, pero sí para saltar hasta tres metros o arremeter con fuerza a su presa. Su visión nocturna es extraordinaria, pero quizá el rasgo que más le distingue es su sigilo y reserva, es un auténtico maestro del silencio. Dicen que los testigos o supervivientes del ataque de un tigre siempre coinciden en que apareció de la nada. Esta cualidad y su cada vez mayor escasez hacen que sean muy difíciles de observar en libertad.


En los últimos 80 años hemos conseguido extinguir tres subespecies: el tigre de Bali (el más pequeño), el tigre de Java (probablemente ya desaparecido en los ’50) y el tigre del Caspio (casi tan grande como el de Bengala, utilizado por los romanos en sus circos). Entre las subespecies que aún sobreviven, el tigre de Bengala con unos 2.000 ejemplares es el más numeroso en estado salvaje, gracias sin duda a un plan de conservación que poco a poco va dando sus frutos. Es el símbolo y animal nacional en India y Bangladesh. El siberiano (o de Amur) es el felino más grande y su población permanece estable entre 400 y 500 individuos. Los demás rebeldes que se resisten a la extinción son el tigre de Indochina, el malayo, el de Sumatra y el del sur de China. Este último sólo cuenta con unos 60 ejemplares, todos ellos en cautividad.

Los tigres suelen tener entre dos y seis cachorros por camada. Estos permanecen con la madre dos o tres años hasta que les llega el momento de buscarse la vida. Son solitarios y muy territoriales con los posibles rivales. Sus presas suelen ser ciervos, jabalíes, búfalos y otros grandes mamíferos. Puede matar y arrastrar animales cinco veces más grandes que él. Como buen depredador alfa, si tiene hambre atacará a cualquier cosa que le resulte comestible. Uno de los problemas en la lucha por su conservación es que al haber invadido su hábitat los encuentros con el hombre no son abundantes pero tampoco infrecuentes. La mayoría de ocasiones se centran en el ganado, evitan al humano, pero por desgracia en ciertas zonas de India no resulta extraño morir devorado por un tigre. Es así, sin ningún tipo de sensacionalismo barato y sin nada que achacarle al animal.


Es precisamente la búsqueda de esta armonía en la convivencia entre Homo sapiens y Panthera tigris donde está la clave para su conservación en estado salvaje. No se trata sólo de proteger áreas concretas sino de interconectar las mismas mediante corredores que permitan el desplazamiento del animal a las áreas de reproducción evitando conflictos mortales con el humano.

Como dice el prestigioso biólogo George B. Schaller, que lleva estudiando a los grandes felinos casi 50 años, “las comunidades necesitan incentivos para avenirse a compartir el territorio con los depredadores. Los beneficios deben basarse en valores morales y económicos”. Los gobiernos de los países con tigres en su fauna, poco a poco parece que van despertando del letargo y van tomando conciencia de la importancia de su conservación, China entre ellos.


Estamos obligados a preservar este maravilloso felino. Sólo por deleitarnos con su magnífica estampa ya se lo debemos. A pesar de que en cautividad parece tener el futuro garantizado, su esencia es salvaje. La situación es complicada, pero hay que concienciarse para que las generaciones futuras puedan ver y sentir de nuevo la ferocidad de la auténtica mirada del tigre.

Más información | PantheraNational GeographicWikipedia.

2 comentarios:

  1. La leche!! Pedazo de artículo, digno de un reportero del nachional!!!
    Tienes razón y, además, debemos de intentar preservar todo lo bonito que tenemos aún en nuestra naturaleza para disfrute de generaciones venideras... ¿No os hubiera resultado magnífico haber conocido a los mamuts? (Por decir una especie desaparecida...)

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  2. Que exagerado eres picha, jeje. Lo único que intento es aportar un granito de arena difundiéndolo con mi toquecillo, pero la información básica la saqué de mis revistas de National Geographic, soy suscriptor desde que empezaron en España, a pesar de que a veces me roben alguna del buzón...

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